martes, 5 de septiembre de 2017

Martes, 5 de Sep. 13:15h.

Aún recuerdo ese momento en el que me besaste, tus labios estaban junto 
a los míos, acariciándolos con su suave tacto, sintiendo tu cálido sabor en mi boca
 mientras nuestras lenguas se enlazaban y acariciaban sin parar en una sutil danza, 
volviéndome adicta a tus besos.


Recuerdo el tacto de tus caricias con sabor a miel, como tus manos acariciaban 
mi piel sin dudarlo, recuerdo tu olor, el que ahora me hechiza con su dulzura cada
día y que tengo grabado a fuego en mi mente, en mi piel, ese olor que te 
caracteriza y te hace único entre todos los hombres del planeta, recuerdo el deseo 
que mis ojos gritaban cuando posaba mi mirada en ti, como no podíamos separarnos ni un 
segundo y anhelábamos más el uno del otro.



Recuerdo aquella inolvidable tarde en la que te conocí y marcaste mi vida, como 
te metiste en el interior de mi corazón, recuerdo tu increíble sonrisa, la cual aún
podría pasarme mirando durante horas, recuerdo que sentía cada vez que tu 
mano se enlazaba la mía o como abrazabas mi cuerpo atrayéndolo hacia el tuyo 
por mi cintura...

Separarnos era una tortura para ambos, y deseábamos con ansías volver a vernos,
volver a juntar nuestros labios y nuestros corazones al unísono. Las horas se hacían 
minutos, y los minutos segundos cuando estábamos juntos.
Fuiste, eres y serás el amor de mi vida.  Dos almas unidas en el infinito del universo.